¿Quién fue Morena Toro? Poema de Elvio Romero
Morena Toro, carne de piña encendida, piel de cobre y cera bruna, zarcillo de oro, jirón de luna dormida jirón de luna.
Mujer fuerte, profunda, grama verde en los surcos descampados, requerida al ardor de las guitarras de los viejos arrieros, flor florestal en la intemperie, lumbre provocante al requiebro del verano, fuego alazán en la arena.
Morena Toro, tenías cuando te vi, mujer nueva, en el desvelo de una noche agredida por la luna, oro y coral en el aro, peinetón de hueso negro, un sorbo de suspiro contenido en los labios, una nostalgia de hombres que no habían llegado.
¿Qué tenías? ¿Qué ciega y elemental potencia te encerraba en un mutismo amargo? ¿Qué urgencia de caminos parecían doblarte en esa antigua noche de cuchillos, cuando los carreteros desvelaban su frente tentando el aguerrido signo de su coraje?
¿Qué atávica nostalgia, irrefrenable, enmaridaba el monte con tus ojos? Pasado el tiempo ahora de aquella vez que te encontré en silencio, se codicia el vaivén de tu cintura, tus dos pechos de avena henchida y fuerte; has conocido todo cuanto es dable saberse en los parajes rudos: te recuerdan los senderos nocturnos, las horas del amor, los silenciosos hombres que te conocen. Aunque sigue el mutismo de tu frente, Morena Toro. Novia de los entreveros, fragancia y resedá, jazmín despierto. Volvamos a aquel tiempo en que tenías carne de piña encendida, piel de cobre y cera bruna, una urgencia de asedio de la vida en los ojos, una nostalgia de hombres que no habían llegado.
Ardiente el corazón,
Morena Toro.